Artículo
Por / Betania Severino
La
Historia es una ciencia, que como asignatura se vincula con diferentes áreas de
estudio, por tal razón al planificarse se debe tener en cuenta que es de
carácter inter-disciplinario y multidisciplinario. Esta convergencia de la
historia con otras Ciencias Sociales le da fuerzas y utilidad para la formación
integral (intelectual, social, político, cultural, crítico, afectivo,
económico…) de los niños, adolescentes y adultos de todos los Niveles y Ciclos de
la educación.
La
historia en la educación se justifica y se hace necesaria por muchas y variadas
razones, porque además de formar parte de la construcción de cualquiera
perspectiva conceptual en el marco de las Ciencias Sociales tiene un interés
propio y autosuficiente como asignatura educativa de gran potencialidad
formadora.
Para
que los estudiantes aprendan historia no basta simplemente con brindarle un
conjunto de fechas, acontecimientos y relatos del pasado, sino que se realicen
análisis profundos de este y que se pueda utilizar como justificación del
presente. Además se debe tener en cuenta que a la historia se le debe dar un
enfoque que permita facilitar la comprensión de la actualidad, ya que no hay
nada en el presente que no pueda ser mejor comprendida que conociendo los
antecedentes.
Los
docentes como guía de todo proceso educativo sin obviar la enseñanza de la
historia, debe hacer uso de una gama de estrategias y técnicas para poder
lograr los aprendizajes de dicha asignatura en sus estudiantes y que estos sean
capaces de insertarse en el entorno social y natural, realizando análisis de la
causalidad y consecuencias de los hechos históricos, construyendo esquemas de
diferencias y semejanzas, estudiando el cambio y la continuidad en las
sociedades, haciendo explicaciones de la complejidad de los problemas sociales
y haciendo esfuerzos de buscarles posibles soluciones.

1-Maestra en
Historia y Antropología, en la UASD, Tec. De Ciencias Sociales, del
Distrito Educativo 12-03
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